Luego de una larga espera, por fin hemos podido presenciar el arranque de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y tal parece que la espera ha valido la pena.
En una ceremonia de inauguración llena de referencias históricas a los Juegos Olímpicos a través del tiempo, el comité organizador dedicó un espacio para presentar los pictogramas con los que se representarán las disciplinas incluidas en los juegos de este año.
Los pictogramas fueron introducidos a los Juegos Olímpicos por primera vez en la edición de Tokio 1964 y posteriormente se han mantenido como una constante a partir de esa fecha.
En esta ocasión los anfitriones del evento decidieron hacer una puesta en escena con actores caracterizando cada uno de los eventos, a través de la cual nos fueron presentado uno a uno los pictogramas representativos de cada disciplina.
La secuencia de aproximadamente 6 minutos muestra un estilo muy característico del país Nipón, en el que transforman elementos simples en una idea más grande y expresiva.
Dos colores (azul y blanco), rotaciones de cámara y elementos de apoyo con formas simples, fueron suficiente para transmitir de manera ejemplar la esencia de cada disciplina.
Personalmente creo que hemos visto un espectacular ejemplo de optimización de recursos, de cómo hacer mucho con poco, de cómo transmitir grandes ideas con elementos simples, lo cual contrasta mucho (para bien) con la era en la que vivimos, en la que todo tiende a ser cada vez más rimbombante, pirotécnico o estrafalario.
Hay momentos en los que es agradable parar ante toda esa saturación y contemplar algo que nos muestre que en algunas ocasiones menos es más.
